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¿Qué es el miedo?

En primer lugar, quiero hablaros del miedo, este es un mecanismo básico de supervivencia, una emoción básica e innata que nos permite evitar y huir del peligro, para mantenernos a salvo. Tiene una función adaptativa dentro de nuestro sistema de emociones y es natural y normal sentirlo ante determinadas situaciones.

¿Cuándo se convierte el miedo en un problema?

El problema surge cuando la razón del miedo no es real, y empezamos a temer por cosas que nos imaginamos pero que no están pasando o no son reales. Cuando a algo que NO es un peligro para nuestra supervivencia, le atribuimos el significado de “peligroso” y reaccionamos con miedo ante ello, ahí es cuando el miedo se convierte en un problema. En muchas ocasiones esto ocurre de forma inconsciente, sin darnos cuenta.

-¿Has tenido miedo a subirte en un autobús por miedo a desmayarte o que no puedas salir de él cuando quieras?
-¿Has dejado de participar en actividades de ocio como conciertos, eventos deportivos o reuniones con mucha gente por miedo a no poder marcharte o a que te ocurra algo y no poder salir?
-¿Has evitado alejarte demasiado de tu entorno de seguridad? Por ejemplo, viajes, excursiones,
-Quizás alguna vez te has fijado demasiado en tus sensaciones físicas, como pinchazos, dolor, presión o tensión y de manera involuntaria has pensado que pudiera ser una enfermedad grave o un ataque al corazón

Si algunas de estas circunstancias te son familiares o conoces a alguien que las sufre, es importante valorar qué puede estar iniciando o presentando crisis de ansiedad o ataques de pánico.

¿Qué ocurre cuando experimentamos ansiedad?

Cuando experimentamos miedo o incluso su versión más extrema como pánico o terror, nuestro sistema nervioso se activa y experimentamos una serie de sensaciones internas como: palpitaciones, elevación de la frecuencia cardiaca, sudor, temblores, sensación de asfixia, etc. Una experiencia de miedo o crisis de pánico, puede llegar a ser tan perturbable para nosotros, por algunos motivos casi siempre desconocidos por la persona (lo comentado en el párrafo anterior) que pueda dejarnos preocupados por ello y temer a volver a experimentar esas sensaciones internas. Creamos el “miedo al miedo”.
Si ya tenemos ese miedo, volveremos a experimentar las sensaciones internas que produce el miedo, por lo que nos crearemos más crisis de pánico con mucha más facilidad. A esta situación de crisis de pánico repetidas, se le asigna el nombre de Trastorno de Pánico.

Como podéis ver, la palabra trastorno suena muy alarmante, lo solemos asociar como una enfermedad o locura, pero es solo un nombre “feo” a algo tan cotidiano y natural como el miedo, y que por motivos sin solucionar puede llegar a un nivel que no es deseable en nuestro día a día y nos impida hacer todas las cosas que nos gustaría, una vida normal, mejor.

A veces el trastorno de pánico o crisis repetidas de pánico, puede venir o no, acompañado de la aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o vergonzoso, o donde en el caso de aparecer una crisis de pánico o las sensaciones internas temidas, no disponga de ayuda. Algunas de estas situaciones a evitar suelen ser: estar solo, viajar en transporte público, hacer colas, estar en sitios donde hay mucha gente (como por ejemplo en un centro comercial), etc. A esto se le denomina Agorafobia.

Todos podemos experimentar en algún momento de nuestra vida ciertos síntomas relacionados con la ansiedad o con el miedo intenso, pero cuando esto se vuelve algo mantenido en el tiempo puede llegar a ser incapacitante. Muchas de las personas que acuden a consulta presentan esta sintomatología y cada vez es más común en la población general, incluso en niños y adolescentes.

¿Cuál es la causa la ansiedad?

La causa de un problema de ansiedad puede ser múltiple. El profesional de la psicología debe poder trabajar con herramientas y recursos para reducir las crisis, pero también con el origen emocional de estas crisis. Una persona no padece ansiedad sin una causa más profunda. Este miedo hacia cosas que realmente no son un peligro de vida o muerte para nosotros, siempre tiene un motivo, siempre hay una explicación mucho más profunda que antecede a todo esto y que lo provoca,. Esta explicación están dentro de la historia de vida personal de cada uno: experiencias desagradables, traumas, vínculo de apego, etc.

¿Cómo podemos superarla?

Lo importante es saber que normalmente las crisis de ansiedad no se eliminan de manera espontánea. Yo en las sesiones utilizo la metáfora del coche y describo las sensaciones de ansiedad como la “señal de alarma”, la ”luz que se enciende en el salpicadero del coche” y que si la ignoramos…hará que la avería sea más grave. Si la escuchamos y la atendemos podremos evitar males mayores y peores consecuencias.

En la terapia, se realiza un tratamiento personalizado pero con puntos comunes:

-Se analiza qué es una crisis de pánico y el trastorno de pánico con o sin agorafobia (como he explicado hasta aquí), por qué ocurre esto y cuáles son los pensamientos catastróficos que acompañan a estas crisis. (Cada persona tiene los suyos)
-Enseñamos cómo estos pensamientos desencadenan los síntomas que temen experimentar, por qué, y sobre todo cómo identificarlos y modificarlos.

-Con toda la información aprendida e interiorizada, pasamos a la parte de exposición (muy importante) tanto de las sensaciones internas como de las sensaciones que nos la provocan. En otras palabras nos acercamos de manera muy cuidadosa a aquello que nos da miedo.

-En la terapia aprendemos herramientas para controlar la ansiedad y vencerla, sin olvidarnos de trabajar y solucionar el origen del problema. Este último punto es calve en el proceso, porque nos permita ahondar en la causa emocional de la ansiedad y encontrar el sentido que ésta tiene en nuestra vida.

¿Te sientes identificado/a y quieres trabajar en poner fin a esta situación? No dudes en contactar con un profesional cualificado de la psicología. Mejorar tu vida es posible.

Artículo supervisado por Laura Rodríguez. Psicóloga responsable del centro y tutora de Practicas de UNED.

Autora: Cristina Ortega García (alumna en prácticas) .

Universidad: Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Tutora de prácticas del centro: Laura Rodríguez Hernández