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El calcio y la osteoporosis.

La osteoporosis es una enfermedad común en las mujeres de países industrializados a partir de los cincuenta años. Esta enfermedad se relaciona con la menopausia y la caída de estrógenos, ya que estos son también los responsables de los depósitos de calcio en los huesos. Pero es curioso que en mujeres de países asiáticos como Japón, China, India o países menos desarrollados este proceso de descalcificación no se da.

El calcio en el organismo.

Del kilo y medio de calcio que se encuentra en el organismo, el 99% está localizado en huesos y dientes confiriéndoles dureza. El 0’2% restante se encuentra en la sangre y los tejidos blandos. Los huesos actúan como una reserva de calcio que se encuentra inactiva y del que se extrae cuando disminuye la concentración en sangre. Por lo tanto, los huesos, están en un estado constante de renovación y descomposición.

Cuando los niveles de calcio bajan, sea porque el calcio se está excretando o se está depositando en los tejidos, los huesos liberan calcio para que aumente la concentración en la sangre.

El mecanismo hormonal que mantiene los niveles de calcio en sangre es complejo y numerosos factores lo pueden desequilibrar. Los excesos de nutrientes como el sodio, el fósforo o el flúor, el consumo excesivo de productos lácteos, proteínas de origen animal y azúcares, o la deficiencia de minerales como el magnesio, el cinc y el boro desequilibran el organismo y dificultan la acumulación de calcio en los huesos.

El calcio se encuentra dentro de las células en los tejidos blandos,en un individuo sano debería ser 10.000 veces menor que el calcio extra celular. Existe un mecanismo de bombeo para mover los iones de calcio a través de la membrana celular que fue descubierto por Alan Hodgkin y Andrew Huxley, ganadores del premio Nobel. Este mecanismo está relacionado con el movimiento de los iones de sodio y potasio. El potencial electrónico producido por el movimiento de los iones de sodio y potasio es lo que proporciona energía para mover calcio a través de la membrana celular.

Un exceso de sodio en la dieta o la falta de potasio hacen que este mecanismo que proporciona energía a la célula no funcione adecuadamente y el calcio se acumules dentro de las células de los tejidos blandos, lo que se denomina calcinosis. La calcinosis también puede producirse por una ingesta excesiva de lácteos. La acumulación de calcio intracelular produce bajadas de calcio en sangre y disminuye los niveles de magnesio, mineral fundamental para una buena asimilación del calcio. Las glándulas paratiroides, situadas junto a la tiroides, secreta la hormona paratormona.

Cuando disminuye el nivel en la sangre de calcio, esta hormona hace que los huesos liberen calcio y los riñones reabsorban parte del calcio que filtra la orina, para mantener constante la proporción entre calcio y fósforo a través de los riñones. Una dieta alta en fósforo produce una secreción excesiva de la paratormona con la consiguiente pérdida de calcio. Un exceso en fósforo en la dieta puede ser debido al consumo excesivo de bebidas gaseosas, aditivos añadidos en la elaboración de productos envasados, carne de vacuno y el abuso de suplementos alimenticios como son el germen de trigo, la levadura de cerveza o el salvado.

El Dr. Fred Kummerrow de la Universidad de Illinois ha demostrado que un consumo excesivo de vitamina D puede favorecer la calcificación de arterias y articulaciones. La vitamina D se puede ingerir en exceso cuando se consumen alimentos enriquecidos con esta vitamina como pueden ser el pan, cereales para el desayuno, margarinas, productos lácteos, etc. La vitamina D también se encuentra en exceso en la grasa de animales alimentados con pienso enriquecido con esta vitamina.

Azúcar y osteoporosis.

Niveles altos de glucosa producen hiperinsulinemia, lo que entorpece el correcto funcionamiento de las membranas celulares. La hiperglucemia también altera los niveles de la vitamina D3 en sangre, por lo tanto  el metabolismo del calcio. Las dietas altas en azúcares y productos refinados pueden altera los niveles de glucosa en sangre y por lo tanto afectar el metabolismo del calcio. Es muy corriente encontrar personas que sufren descalcificación y a la vez tienen problemas relacionados con la calcificación de tejidos blandos. En la artritis se calcifican las articulaciones.

Los cristales de calcio en las articulaciones imposibilitan su movimiento y causan dolor e inflamación. Los cálculos renales y biliares están compuestos por depósitos de sales de calcio. En el caso de los cálculos renales también hay un problema de inadecuado metabolismo de las grasas. El ateroma arterial es otro ejemplo de depósitos de calcio y grasas en las paredes de las arterias.

Para conseguir una buena absorción a nivel intestinal hace falta que haya una mayor proporción de flora bacteriana beneficiosa en el intestino y que la pared intestinal se halle en buenas condiciones. Esto se puede conseguir suplementando la dieta con un buen preparado de flora bacteriana que incluya varios millones de microorganismos L. Acidófillus y evitando factores que perjudican la flora intestinal como el exceso de proteínas animales. Aminoácidos como las lisina y la arginina también pueden ayudar, ya que actúan transportando el calcio a través de las células intestinales.

La fibra de salvado contiene ácido fítico, el cual se combina con el calcio de los intestinos formando un compuesto insoluble que no se puede absorber. Lo mismo ocurre con unos compuestos llamados oxalatos presentes sobre todo en las espinacas. La ingesta excesiva de salvado, pan integral o espinacas puede dificultar la absorción del calcio a través de la pared intestinal, lo cual no significa que se deban evitar estos alimentos. Basta, simplemente, con no abusar de ellos.

La vitamina D aumenta la absorción intestinal del calcio. Buenas fuentes alimenticias de vitamina D son el aceite de hígado de bacalao, la clara de huevo y los pescados azules. Pero la mayor fuente de esta vitamina es, sin duda, la exposición regular a la luz del sol.

¿Qué podemos hacer?

Para mejorar el funcionamiento de la bomba que mueve el calcio a través de las membranas necesitaremos incrementar la ingesta de potasio, ya sea a través de la dieta o con un suplemento de este mineral. Alimentos especialmente ricos en potasio son frutas, verduras de hoja verde, patatas, coliflor, legumbres, apio, tomates, pepinos y berenjenas. También sería necesario disminuir al máximo la sal en la dieta y evitar alimentos salados como cacahuetes, patatas fritas, aceitunas, etc. Se ha comprobado que cierto factor presente en el té, café, vino y chocolate impide el buen funcionamiento del transporte de iones a través de la membrana celular induciendo la acumulación de sodio y calcio.

Deficiencia de magnesio y cinc disminuyen aún más la actividad de mecanismo de transporte del calcio. En las personas con riesgo de osteoporosis se recomienda por tanto un complejo de vitaminas y minerales que incluya como mínimo 500 mg de magnesio y 15 mg de cinc, además de boro, sílice, complejo B y vitaminas A,D,C y E.

En los estudios llevados a cabo en poblaciones de la India, Sri Lanka, Sudáfrica y Perú, se ha visto que con una ingesta diaria no superior a los 300mg al día se mantenían los niveles óptimos de calcificación en los huesos. La explicación para esta gran diferencia en las necesidades diarias de calcio entre estas poblaciones y las de los países occidentales se halla en el estilo de vida.

Artículo original en el blog de la nutricionista Pilar R. Galacho.